martes, 14 de febrero de 2012

Sin Palabras pero con mil sentimientos

Con rabia, indignada, decepcionada, sin esperanzas, impotente, sin voz, desilusionada, avergonzada, con miedo, pero sobretodo, enormemente, triste me he enterado hoy de la nueva iniciativa del partido PVV (Partido por la libertad) en Holanda.
Wilders aparece muy contento en las noticias hablando sobre su nueva pagina web, pagina del partido. El nuevo sitio web alienta a las personas que hayan tenido problemas con los polacos o rumanos, y en general con los ciudadanos de Europa del Este a manifestarse, a contar sus historias. Con frases como: “Si has perdido el empleo por un polaco, si has tenido problemas con un rumano, cuéntanos, queremos saberlo!” “La criminalidad de los del este sigue aumentando”, Wilders hace una apología a la discriminación, al rechazo, al odio, y al parecer al Gobierno no le parece exceso. Bruselas lo discute, mientras que los ministros holandeses son de la opinión que es una tormenta en un vaso de agua, el propio ministro de asuntos sociales sugiere la deportación de polacos sin trabajo. Naturalmente los embajadores polacos y de Europa del Este han alzado su voz de protesta, pero la respuesta del Gobierno ha sido la de tachar dichas reacciones como “sin importancia”.
Es increíble como los lideres se queden quietos, e incluso su pasividad alienta las barbaridades que se le ocurren al personaje publico más antisemita que existe en la actualidad. Con tan solo mirar la expresión de Wilders siento un escalofrío, es un personaje sórdido, que no oculta su odio a los inmigrantes – especialmente islámicos - que hace todo lo posible por extender su rechazo a toda la sociedad... Lo que más miedo da es que su partido fue el segundo más votado en las pasadas elecciones, y actualmente forma coalición con el mayoritario. A donde vamos a llegar? Es que se nos podrá olvidar otra vez la historia y repetir los mismos errores del pasado?
Wilders y desafortunadamente muchos más – al igual que en España y en Italia – olvidan que los inmigrantes han llegado a estos países a realizar los trabajos que ellos no quieren hacer, como lavar platos, trabajar desde la madrugada hasta entrada la noche en viveros, empleados en fábricas de embalaje, y todos aquellos puestos que un holandés no esta dispuesto a hacer porque tiene que llegar a las 6 a cenar en casa con su familia. Son trabajadores que se ganan su sueldo a conciencia, no son criminales, y si bien hay algún parche, no olvidemos que parches existen en todas las sociedades, no solo en las inmigrantes, y no por ello debemos difundir una imagen generalizada.
Si hace dos días escribía sobre mi felicidad de estar en este país por los paisajes y las distracciones que ofrece la naturaleza, hoy me siento profundamente avergonzada por la actitud de sus lideres.

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